viernes, 22 de febrero de 2013

La Gran Diferencia

Hola, esta semana quiero compartirles lo siguiente:

En una ocasión se celebraba una reunión de personas distinguidas. Entre ellas estaba una artista muy conocida. Se le ocurrió a alguien pedirle a la artista que recitase para el grupo. Ella accedió, se levantó y empezó a recitar el Salmo 23. Su voz dulce y melodiosa, su clara dicción y la corrección de sus gestos, le valieron, al terminar, un cálido aplauso de quienes la escuchaban.

Se encontraba allí también un hombre muy querido y respetado de todos. Los que le conocían sabían de sus grandes pruebas. Años antes había perdido a su esposa, luego a su hija enferma, pero aún así siempre se le veía sonreír.

Luego, se le ocurrió a alguien pedirle a él también que recitara. Él aceptó y anunció que también recitaría el Salmo 23. De inmediato todos pensaron en su fracaso, ¿Cómo se atrevía él a hacerlo después de la gran artista? Pero él lo hizo. Y había tanta ternura en sus palabras, tal emoción en su entonación que al terminar, ninguno de los presentes se atrevió a aplaudir. Sin embargo, por lo ojos de todos corrían lágrimas.

Nadie se atrevía a romper aquel silencio. Pero la artista se levantó y dijo con voz firme: "Entre los dos hay una gran diferencia". Yo sé de memoria el salmo del Buen Pastor, pero me doy cuenta que usted es amigo del Buen Pastor.

Saludos y nos leemos la próxima semana =)

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