jueves, 14 de marzo de 2013

Mi estancia en Cuetzalan


En estos días me puse a pensar “qué rápido pasa el tiempo”

No puedo creer que estoy a días de cumplir un año trabajando en Cuetzalan, muchos creían (inclusive yo) que no aguantaría ni una semana, pero este 16 de marzo cumplo un año de estar aquí, estoy muy agradecida con Dios porque me dio este trabajo.

He pasado un poco de todo, momentos bueno y malos, me he sentido triste, sola, he llorado extrañando a mi familia y amigos pero también he hecho nuevos amigos, mis alumnos me ayudan a que mi trabajo se haga menos pesado con su cariño y ocurrencias, he turisteando un poco aquí pues hay mucho que conocer al ser un pueblo mágico.

Para mí ha sido difícil pues nunca había salido de casa y ahora tuve que vivir en un lugar que prácticamente no conocía, además de acostumbrarme a estar sola y lejos de mi mamá L al principio sentía horrible, llegar y no conocer a nadie, no tener con quien platicar, enfermarte y no saber a qué hacer o a dónde ir y no saber en qué gente confiar y en quién no.

Ahora no sé si me he empezado a acostumbrar o me he hecho a la idea de que estaré aquí otro tiempo que sinceramente espero no sea mucho pues aunque es un lugar muy bonito no me veo viviendo aquí más establecida, prefiero estar más cerca de casa y venir a Cuetzalan sólo de paseo.

A pesar de todo Gracias a Dios por estar aquí pues sé muy bien que por algo me tocó estar en Cuetzalan y hasta que Él quiera me permitirá ir a otro lugar, por lo pronto espero seguir aprendiendo mucho, ser útil para ayudar a los demás y seguir madurando pues definitivamente esta situación de estar lejos de casa me ha ayudado a madurar y a valorar muchas cosas que antes tenía sin pensar o sin preocuparme.


8 comentarios:

  1. Sabes me has hecho recordar cuando yo ingrese a la SEP, hace 15 años y 5 meses; también inicie en la Sierra Nororiental pero en Acateno. En verdad que muchas cosas que has mencionado las experimente y las sigo experimentando, llanto, soledad, añoranza, alegría,...
    A la distancia veo que alejarnos de nuestra familia nos hace personas más fuertes pero también más agradecidas con la vida por las oportunidades que nos da, de valorarnos y valorar a nuestra gente amada, así como aprender a ser más humildes, comprensivas y tolerantes.
    Al igual que tú sigo esperando la oportunidad de acercarme a Puebla pues allá está la gente a la que amo aunque debo reconocer que también en Acateno y ahora en Yaonáhuac he conocido gente sensacional y he hecho amistades que superan la distancia y el tiempo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por pasar y comentar en mi blog, es grato saber que no soy la única que pasa por estas situaciones, saludos...

      Eliminar
  2. Anhyta:

    Es muy cierto que al salir de casa, valoramos todo lo que al estar en ella no apreciábamos tanto. Lo importante de estas experiencias como tú misma lo mencionas, es la madurez que nos proporcionan.

    No te preocupes, "las cosas siempre pasan por algo" y cuando menos te lo esperes, regresarás a casa tenlo por seguro. ;)

    ResponderEliminar
  3. Hola Anita, pues sólo quiero felicitarte por tu estancia en Cuetzalan. Sabes bien que no he salido del rancho, y te reconozco y admiro por tu valor, sé que te va muy bien y te irá aún mejor. Felicidades.

    ResponderEliminar
  4. Hola Anhyta, me llamo Liliana, soy compañera de la Maestría, que bella foto nos compartiste y hoy que es 16 pues felicidades, se nota que estas a gusto, ojalá siempre sea así en lo que te propongas hacer, estar a gusto. Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Liliana, yo espero lo mismo jeje, saludos...

      Eliminar

Agradezco tus comentarios